En primera fila, la comunidad de Basora de los Caldeos
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 28 julio 2008 (ZENIT.org).- Las comunidades cristianas de las provincias del sur de Irak han lanzado una campaña para la restauración de las iglesias que la incuria y las guerras han dejado inservibles.
La noticia, difundida por el sitio Baghdadhope, ha sido dada por el padre Imad Aziz Al Banna, de la archidiócesis de Basora de los Caldeos, quien explicó que la comunidad local cristiana ha pedido al Gobierno la correspondiente financiación y trabaja en colaboración con la oficina que se ocupa de los intereses de los grupos no musulmanes y con el Ministerio de Planificación y el Consejo de la Provincia de Al-Basrah.
Al Banna recordó además la reciente reapertura de la iglesia de Um Al Azhan, en Al-Amarah, en la cercana provincia de Maysan, y subrayó su confianza en la acción de conservación del patrimonio religioso cristiano por parte de las instituciones públicas, subrayando que la situación relativa a la seguridad anime esta iniciativa, urgente ahora que algunas familias que habían huido del sur de Irak están retornando.
Menos conocida y numerosa de las de Bagdad y del norte del país, la comunidad cristiana del sur de Irak tiene raíces antiquísimas que, según el sacerdote siro-ortodoxo de la iglesia de la Virgen, el padre Sam'an Khaz'al, se remontan al siglo IV, demostrando que Basora era ya entonces un lugar de difusión del cristianismo hacia los territorio del golfo arábigo.
Hace cerca de un mes, reabrió sus puertas la iglesia caldea de Um Al Azhan (Nuestra Señora del Dolor) en Al-Amarah. El edificio, construido en 1880, ha sido restaurado y a finales de junio acogió una Misa y un bautismo celebrados precisamente por el padre Al Banna.
Aunque en la zona viven sólo 18 familias cristianas y a pesar de las dificultades actuales en las provincias meridionales, en la iglesia se celebrará una misa mensual y se realizarán cursos de catecismo durante todo el verano.
"Son incontables en Irak los edificios de culto destruidos o dañados durante la guerra o en el curso de ataques contra las diócesis locales" explica un artículo de "L'Osservatore Romano".
En junio de 2007, uno de los momentos más difíciles vividos por los cristianos en el país, culminado con el asesinato en Mosul del padre Ragheed Ganni y de tres subdiáconos, fueron tomadas como objetivo dos iglesias en el barrio Dora en Bagdad: la de San Juan Bautista y la de Santiago, esta última con el intento de transformarla en mezquita.
Anteriormente, en diciembre de 2004, provocó dolor e inquietud el atentado que devastó el obispado caldeo de Mosul. El patriarca de Babilonia de los Caldeos, el cardenal Emmanuel III Delly, dijo que había sido destruido el más bello símbolo de la Iglesia Caldea de Irak.
Traducido del italiano por Nieves San Martín
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